EL CERRO DE SAN VICENTE
BIENVENIDO AL CERRO
Un tímido Cerro de San Vicente, aún erguido entre el río Tormes y el Teso de las Catedrales, intenta recuperar hoy ese pedazo de historia que el paso de los años le ha ido arrebatando y demostrar que allí, camuflada entre los muros de su situación estratégica, surgió la primera población salmantina 2.700 años atrás.
Un paseo por los alrededores del antiguo convento benedictino, permite a los visitantes convivir con las costumbres de aquellos primeros agricultores y ganaderos de la I Edad de Hierro (s. VII a.C.), y con aquella primera hectárea y media que Cristina Alario y Carlos Macarro, ambos arqueólogos de la ciudad, han sacado a la luz tras veinticuatro años de excavaciones.
Ya conocedores de la Vía de la Plata, un corredor que favorecía el intercambio comercial, estos habitantes ocupaban un lugar escarpado que aún hoy se defiende por sí mismo, en el que era sencillo acceder a todos los recursos naturales: al agua en una franja del río vadeable, a terrenos adecuados para la agricultura y a una amplia dehesa charra que favorece la ganadería.